
Te ha ocurrido alguna vez, en un instante de reflexión y auto- observación, preguntarte si tu devenir por esta vida es sólo alcanzar un resultado, o si también es posible disfrutar los procesos que te conducen al mismo.
Creo que de tanto intentar conseguir lo que pretendemos, alcanzar una meta, lograr un objetivo, nos perdemos buena parte de lo que la vida nos ofrece como regalo. Quizás esta interminable carrera por el obtener, ni siquiera nos permite festejar el logro alcanzado, pues un nuevo objetivo, meta o resultado nos proyecta nuevamente a impulsos de escasa conciencia.
Y qué decir entonces de la posibilidad de ir disfrutando cada paso que damos, cada proceso que encaramos en la búsqueda de lo que perseguimos.
¿Será la vida una constante de llegar a la nueva estación o es factible disfrutar el viaje que nos lleve a ella?
He descubierto que tan importante es tener sueños, metas, objetivos y resultados por alcanzar como conciencia para disfrutar cada “aquí y ahora”, cada recorrido, cada etapa, o circunstancia a atravesar.
Recuerdo que tiempo atrás leí una historia sobre un grupo de turistas, que al subir a un micro que los iba a llevar a conocer fantásticos paisajes, discutieron y pelearon para ver quien obtenía las mejores ubicaciones. De manera tal que cuando finalmente se pusieron de acuerdo, el viaje había llegado a su fin.
Un escalón más de conciencia, cierta sensibilidad para intuir el sentido de nuestra vida, puede convertirnos en privilegiados viajeros.
Creo que de tanto intentar conseguir lo que pretendemos, alcanzar una meta, lograr un objetivo, nos perdemos buena parte de lo que la vida nos ofrece como regalo. Quizás esta interminable carrera por el obtener, ni siquiera nos permite festejar el logro alcanzado, pues un nuevo objetivo, meta o resultado nos proyecta nuevamente a impulsos de escasa conciencia.
Y qué decir entonces de la posibilidad de ir disfrutando cada paso que damos, cada proceso que encaramos en la búsqueda de lo que perseguimos.
¿Será la vida una constante de llegar a la nueva estación o es factible disfrutar el viaje que nos lleve a ella?
He descubierto que tan importante es tener sueños, metas, objetivos y resultados por alcanzar como conciencia para disfrutar cada “aquí y ahora”, cada recorrido, cada etapa, o circunstancia a atravesar.
Recuerdo que tiempo atrás leí una historia sobre un grupo de turistas, que al subir a un micro que los iba a llevar a conocer fantásticos paisajes, discutieron y pelearon para ver quien obtenía las mejores ubicaciones. De manera tal que cuando finalmente se pusieron de acuerdo, el viaje había llegado a su fin.
Un escalón más de conciencia, cierta sensibilidad para intuir el sentido de nuestra vida, puede convertirnos en privilegiados viajeros.