¿Sería la vida un viaje
circunscripto a sucesivas repeticiones de circunstancias determinadas por un
destino ya escrito, de emociones, de alegrías fugaces y tristezas prolongadas,
de enojos frecuentes, de envidias por falsas identificaciones, de perdones que
jamás tendrían perdón, de reacciones condicionadas tal como si fueran leyes de
la naturaleza? ¿O existirían otras alternativas?(*)
Sostengo que hay más
alternativas de las que a simple vista podamos considerar. Descubrirlas depende
en buena medida de nuestra intención de encontrar nuevas interpretaciones y re significaciones
sobre lo que nos pasó o acontece.
Cuantas veces los
sucesos que nos generan tristeza, enojo, culpa, desilusión, resentimiento, etc. finalmente son faros con
señales, indicaciones y guías para que nos demos cuenta, para que ascendamos un
pequeño peldaño en la escalera de nuestra conciencia.
Subido ese primer escalón, nos llegaran los
tiempos de la aceptación primero, la comprensión después, para por último
transformar aquel dolor en nueva energía vital en el desafiante juego de la
vida.
¿Identificas en tu
historia personal alguna decepción laboral, alguna frustración en algún objetivo,
algún desengaño afectivo que a la sazón resultaron aliados en tu desarrollo y
crecimiento como ser humano?
(*)Frase extraída del
libro Al Disipar La Neblina. Autor Carlos E. Montoto Editorial Almaluz.